sábado, 15 de enero de 2011

angustia

Yo me empeño en que salga, que tome el aire sobre todo cuando hace un día tan bueno como hoy, pero la verdad es que no debo de salir sola con él, pues cuando pone los pies en la calle a los cinco minutos se desorienta, se minimiza y hasta empieza que no se sostiene, en fin que yo no puedo con él y eso me produce un stres grande que tarda en pasarse. Esto de las enfermedades de la mente es terrible, pues hay veces que lo encuentras bastante bien y en cinco minutos todo se vuelve del revés. Hay que tener mucha paciencia e ir siempre por delante de las situaciones pero no siempre es facil. Bueno lo voy llevando como puedo, aunque tengo ayuda pero no siempre es así.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es curioso leer tu entrada, justo estaba escribiendo que ayer me quedé pensando sobre los réditos de la enfermedad y los beneficios que le sacamos en las relaciones personales. No sé, es algo para pensar. Ser víctima genera mucho rédito anímico, coloca a la persona enferma en una posición de dominio frente a los demás y ser heroína también tiene sus ventajas, aunque creo que alguna menos, pero preguntarnos desde dónde actuábamos antes de la enfermedad, puede que marque la diferencia de nuestro estar en el mundo, una vez que se vive el dolor de estar enferma o no, y sea a partir de esta vivencia con el cuerpo, cuando una persona se replantea elegir de nuevo. Creo que el camino que más me interesa es el de la dignidad.