Hoy un rictus de amargura,
se forma en la comisura de tus labios,
antaño tan sonrrientes,
presto a la fina ironía,
y al chascarrillo ocurrente.
Hoy ya no miras de frente,
con la cabeza agachada,
con tanto desinterés,
que nada a tí te importara.
Pero en tu mirada veo,
que siempre tienes presente,
el interés por los tuyos,
y el cariño de tu gente.
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